Adelantado del año pasado: justo a tiempo para Halloween, recibimos esta historia del multiverso sobre un mundo sorprendentemente similar a la Tierra. Uno de sus residentes, Tai McGrabber, vivía como un enigma. Mientras la gente jugaba en los parques y las familias se reunían para hacer picnics, la vida de Tai estaba marcada por la soledad y el secreto. Un hombre con una mente retorcida, siempre se había sentido atraído pormujeres con pechos grandes. A menudo fantaseaba con ellas, imaginando cómo se sentirían en sus manos y cómo podría usarlas para satisfacer sus deseos. Nacido con la extraña habilidad de controlar las mentes, la infancia de Tai fue diferente a cualquier otra. Desde una edad temprana, se dio cuenta de que los pensamientos de los demás eran como un libro abierto para él. Con solo enfocar su intención, podía influir en las decisiones, plantar ideas o incluso borrar recuerdos. Temeroso de ser descubierto, Tai buscó refugio en lugares alejados de miradas indiscretas. Uno de esos lugares era un viejo aserradero abandonado en las afueras de su ciudad. Aquí atraía a las mujeres con las tetas más grandes a su calabozo. Las encadenaba. Agarraba sus pechos y lo filmaba todo para su colección de pajas. A menudo usaba sus habilidades de control mental solo para meterlas dentro y atarlas. Luego disfrutaba liberando sus mentes para que pudieran ver el horror completo de su situación. Su miedo hizo que su pene se endureciera aún más. Una noche, encontró a una mujer que tenía los pechos más enormes que había visto en su vida y la ató en su sótano. Usó cuerdas para atarle las muñecas y los tobillos, asegurándose de que no pudiera escapar. Mientras miraba su cuerpo desnudo, sintió una oleada de excitación y anticipación. Apagó su control mental. Ella se despertó sobresaltada y jadeó. Él comenzó a acariciarle los pechos, apretándolos con fuerza y sintiendo su peso en sus manos. La mujer luchó contra sus ataduras, pero eso solo hizo que su polla se endureciera. Sacó un cuchillo y comenzó a cortar trozos de su ropa, exponiendo su cuerpo centímetro a centímetro. A medida que exponía más piel, podía ver el terror en sus ojos. Se sentía poderoso y en control, sabiendo que tenía completo dominio sobre el cuerpo de esta mujer. Finalmente, se inclinó y lamió su cuello, saboreando la salinidad de su sudor. Se movió hacia abajo hasta sus pechos, chupándolos con avidez mientras ella gritaba pidiendo ayuda. Pero nadie podía oír sus gritos de socorro en este aserradero abandonado en las afueras de la ciudad. Estas son algunas de las fotos que tomó. Nadie sabe qué les haría a estas mujeres cuando terminara con sus sórdidas fantasías. Algunos dicen que los resultados del control mental dejaron a las mujeres con daño cerebral. Algunos incluso dicen que participó en actos caníbales, consumiendo sus cuerpos.pechos enormes.

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